Hernández que estaba justo de espaldas a la entrada de las barracas, se levanta como un remolino y le da una bofetada a Beatito en el rostro y le dice:
¡EN MIS BARRACAS SOLO GRITA EL CAPITÁN HERNÁNDEZ!.
Tras una pausa inquiere a Beatito:
Ahora que ya sabe la regla más importante de estas barracas, cuénteme, ¿qué es lo que quiere?.